El mimo

El mimo es el arte dramático mudo, que emplea como medio de comunicación con el público los gestos faciales y los movimientos corporales frente a las palabras. Dentro del teatro, el mimo desempeñó desde siempre un papel principal, especialmente en lo que se refiere a expresión corporal.

El mimo es una forma dramática de carácter popular que surge en la Antigüedad Griega, que suele tener carácter realista y, fundamentalmente, satírico. El mimo influiría y conformaría la Comedia Griega Antigua.

Las compañías de mimo gozaron de gran popularidad, no sólo en Grecia sino también en Roma.



La pantomima es un subgénero dramático del mimo y el mimodrama que consiste en representar una historia mediante mímica,1 sin diálogos ni palabras, apoyando la narración con expresiones, gestos o movimientos corporales.

Así mismo da nombre a un subgénero dramático de la comedia musical británica que narra historias tradicionales navideñas y del folklore, en un espectáculo infantil acompañado de música y danzas.

La mímica dramática se desarrolló durante el Imperio Griego y el Imperio Romano dentro de la dramaturgia clásica. Formaba parte de los recursos de la representación dramática con máscaras y el respaldo de un coro y músicos, con monólogos y diálogos. Pasó al teatro romano haciéndose muy popular como sátira de hazañas militares y relatos épicos.

Durante la Edad Media algunos juglares conservan parte de esos recursos mímicos en sus narraciones (leyendas del folklore tradicional y baladas épicas). En el siglo xiv se populariza el drama Nō en Japón, género teatral que comparte muchas características con la pantomima moderna. La mímica dramática conseguiría su máximo apogeo en la Italia del siglo xvi dentro de la Commedia dell'Arte, donde los actores usaban máscaras llamativas durante la puesta en escena de sus «lazzi» humorísticos y adornados con acrobacias.

Contratación de Mimo.

Escribir comentario

Comentarios: 0